marzo 10, 2006

Que digo yo...


He conocido personas que, por alguna razón, son líderes natos. Yo abro la boca y sube el pan; dicen ellos alguna genialidad robada, un intento fallido de componer un aforismo propio o eructan y todos aplauden con la boca abierta. Una de dos: o yo soy un gilipolla integral o aquí hay gato encerrado. Esta sensación la tengo hace mucho tiempo y ya forma parte de mi incapacidad de adaptación ante ciertas cosas. No es por casualidad que con dos de estas personas, a las que no mencionaré por motivos evidentes, me he llevado estupendamente. No tanto como otros de sus mejores amigos pero sí que hemos mantenido contacto de vez en cuanto y compartimos aficiones comunes por varias cosas. Hace un par de semanas, hablando con un amigo común y haciendo referencia al líder con la típica frase de: “Quillo, ¿qué sabes de Fulanito?”, me contestó algo que me sorprendió y me gustó. Resulta que, tan amigos que eran, tanto contacto que tenían antes, tan chachi que era antes, ahora todo se limitaba a un par de mensajes al móvil y ya ni eso. Y digo que me sorprendió porque, a pesar de ser ambos amigos míos, a mí no me extrañó en absoluto el comportamiento del líder y a él sí, porque sonó como el que abre los ojos ante algo que, habiendo estado delante de sus narices toda la vida, no ha descubierto hasta ayer. Ya se sabe cómo somos los seres humanos, capaces de lo peor y lo mejor; y esto del hoy muy amigos y mañana si te he visto no me acuerdo, nos pasa a muchos. Gracias a mi incapacidad de adaptación, los amigos que tengo lo son de verdad y sé que no hará falta hablar, mandarnos mensajes al teléfono ni mantener la formalidad entre nosotros, porque cuando necesitemos o simplemente queramos vernos o hablar, lo haremos. Digo que es gracias a mi incapacidad de adaptación porque si fuese de otra forma y me adaptara a los requisitos de estas personas, no sabría valorar ni diferenciar la amistad y me limitaría a ser satélite de este tipo de personas y a reírles las gracias hasta que se cansaran de mí, como lo ocurrió a este amigo del que acabo de hablar. ¡Qué de vueltas de la vida!. A ver si en una de esas me pilla a mí el lado dulce, que ya va siendo hora.

marzo 08, 2006

¿Por qué comprar un iMac?.


Eran los ochenta cuando tuve mi primer ordenador personal, un ZX Spectrum 48 Ks, que más que ordenador personal, era una consola de juegos programable, puesto que servía para jugar y poco más, a parte de poder aprender a programar en ensamblador, o el lenguaje de la tortuguita, LOGO, incluso en BASIC. A parte de jugar mucho, también me empezó a picar la curiosidad por la programación, así que me hice de un par de librillos sobre lenguaje ensamblador y me aburrí pronto; demasiado complicado para mí. Todavía me arrepiento de no haber seguido con mis estudios autodidactas de ese lenguaje, porque seguro que hubiese aprendido muchísimo, pero realmente era muy complicado para mí. Los juegos coparon mi atención por aquel entonces, un chiquillo de quince años. Del ZX Spectrum, pasé a un 286, un Amstrad con 40 Mb de disco duro y 2 Mb de memoria RAM, tarjeta de sonido ADLIB y todo. ¡Qué pasada!, con aquella máquina ya podías ver imágenes a todo color (256 colores) y no a ocho colores en dos tonos como en el otro. Poco se podía hacer con un MS-DOS a parte de jugar también. De todas formas, tuve la oportunidad de ver nacer a Microsoft Windows, el primer entorno gráfico para un PC (Personal Computer) que yo sepa. Luego, con la aparición de Windows 3.11., como dice paxed, “para perder el tiempo en grupo” y su sucesor Windows 95, todo empezó a cambiar a un ritmo muy rápido. Componentes más avanzados, más rendimiento de proceso, de recursos gráficos, de memoria. En definitiva, asistimos a la revolución informática. Hoy en día estamos a un nivel infinitamente superior. Pensemos por un momento que la capacidad de almacenamiento de teléfono móvil o una cámara digital fotográfica, multiplica mil veces la de uno de aquellos primeros ordenadores personales. Algunos como OS2 Wrap, quedaron por el camino.

Un ordenador personal, necesita de una serie de programas para poder comunicarse con los sistemas de entrada y salida de datos, es decir, con el teclado, el puntero o ratón, impresora, cámara digital... Ese conjunto de programas que sirven para comunicarse con los periféricos es lo que se conoce como Sistema Operativo. A estas alturas, todavía hay muchas personas que, aun teniendo ordenador en casa, no saben cuál es el sistema operativo que tienen instalado en el cacharro y me parece muy bien. Seguro que ellos juegan al fútbol y yo no tengo ni idea de darle una patada a un balón. Junto con Windows 95, o poco antes o después, salieron otros que hacían otras cosas, como era el caso de Windows NT, orientado a servidores y que manejaba las redes bastante mejor que sus predecesores. De los más estables y mejores que ha diseñado Microsoft. La política de esta compañía les fue perfecta: dejaron que todo el mundo instalase Windows en sus máquinas by the face con lo que se hicieron con el mercado de software y a los pocos años comenzaron de nuevo con la implantación de sus sistema haciendo lo mismo con Windows 98. Ahora las cosas ya se han puesto más duras con esto de instalarte un Windows XP por la cara en tu equipo sin pagar un euro por ello. Si no tan dura para instalarlo, sí para actualizarlo vía Internet. Debes ser propietario de una clave de registro del producto para poder conectar con sus servidores Windows Update para actualizar tu sistema. Ya creo que hay cracks para eso también.

Mientras todo esto ocurría, a un estudiante, un gaftas empollón en Helsinki se le ocurrió trastear con un sistema operativo distinto: UNIX que desde antes de los ochenta ya se usaba para las grandes empresas, interconectando sus servidores de bases de datos con los terminales tontos. Por aquel entonces, era lo que se estilaba, lo malo era el precio, un riñón y parte del otro. Así que a este chavalote se le ocurrió experimentar y crear un programilla (driver) que era capaz de manejar la disquetera y que se basaba en MINIX. Todo esto lo escribo de memoria, espero no equivocarme demasiado, pero si lo hago, busca por google la historia de Linux y te enterarás mucho mejor.

Total, que así las cosas, el gafitas estudiante de la facultad de Helsinki llamado Linus Torvalds, puso un mensaje en un sitio de noticias y a la gente le gustó la idea y comenzaron a crear lo que hoy conocemos como GNU/Linux. Richard Stallman fue el que le puso la licencia GNU al invento. Al tener licencia GNU, Linux es de libre distribución y se puede modificar y gratis, al menos el kernel o núcleo de éste. También obliga a otras cosas, pero no vienen al caso. Realmente, GNU/Linux es el kernel nada más. Voy a resumir un poco diciendo que desde que oí hablar de este sistema operativo, me picó la curiosidad por saber de qué iba la historia. Poco podía probar sin ordenador en casa, así que me tenía que conformar con practicar con el del trabajo. Hace poco menos de diez años, instalé mi primer Linux en un ordenador de un sitio en el que trabajaba. Luego, en casa, cuando pillaba algún equipo con el que poder trastear, le cambiaba el disco duro y metía Debian, Red Hat o lo que pudiera para probar cosas dejándolo luego como estaba. Cuando trabajé en el cyber, continué con mi Linux, probando instalando, formateando. No he seguido nunca un método de trabajo para aprender, he ido un poco a lo loco y desinstalando y reinstalando ante casi cualquier problema hasta hoy. A decir verdad, conforme aprendí más cosillas tuve menos necesidad de reinstalar y pude ir solucionando problemas que me surgían. Ahora me encuentro con que Windows XP no me gusta, Linux se hace cada vez más sencillo de manejar pero no lo suficiente, Solaris no vale para lo que quiero, FreeBSD es como Linux, ¿para qué quiero algo que ya tengo?. No es exactamente igual ni mucho menos, algunos dicen que, incluso mejor que Linux, pero eso no importa mucho ahora. El caso es que he decidido dejar una única distribución instalada y que sea esta la que use para todo con Linux. Creo que es un excelente sistema operativo con el que puedes trabajar en una oficina e incluso montarte tu propio servidor de lo que quieras, pero le veo carencias muy importantes. Si yo, usuario experimentado, tengo problemas para instalar un codec de vídeo, me imagino la dificultad, por muy GNU, libre, gratis y bonito que sea, para un usuario normal de PC, que no sabe desinstalar un programa de su Windows XP, y eso que hay un icono que pone “desinstalar” que te cuenta que para él, desinstalar es quitar el icono del acceso directo del escritorio, pero claro, antes debe saber qué es un escritorio hablando de ordenadores. Como dije antes, no me gusta el fútbol.

En estas disyuntivas andaba pensando yo cuando entré a una página y leí que alguien quería que le aconsejaran sobre qué ordenador comprar que fuera silencioso, y no quería andar enredando con el sistema operativo, porque lo quería para ver películas, vídeos, oír música, escribir unas cosillas, navegar en Internet, leer correos electrónicos, enchufar su cámara digital y no quería un servidor de correo ni cortafuegos, ni usar el equipo como router ni cosas por el estilo. Preguntaba si era preferible un Apple, un sobremesa silencioso para el salón, un barebone... La gente se decanta por Apple mucho más, incluidos usuarios que usan o han usado *nix, Windows, etc. Después de leer las opiniones de gente que usa tanto unos como otros, en lo que sí coinciden es que cuando pruebas un Apple, no te quieres cambiar. Ya va siendo uno muy mayorcito para tener un criterio propio de las cosas, equivocado o no, así que voy llegando a conclusiones en este tema. El ordenador, es algo que me gusta usar, me gusta como afición. Lo que sí que es cierto, es que cada vez me canso más de tener que leerme tres HOWTOs, instalar cuatro dependencias, visitar diez páginas web y muchas veces terminar desesperándome para instalar el aMule o la versión CVS de KvIRC. Quiero un ordenador que haga lo que tiene que hacer, que se cuelgue lo menos posible, que sea rápido, bonito, sencillo de manejar y que pueda ponerle software libre como en Linux. La solución: ¿Un Powerbook?.

Hasta aquí la explicación, la parte bonita, ahora llega lo feo: el precio. Mirando los precios en El Corte Inglés, el Apple Powerbook G4 a 1,67 GHz (17 pulgadas) cuesta tan sólo 3.125’50 €, vamos que no llega al medio kilo de pesetas. Bueno, yo tampoco quiero un portátil con pantalla de diecisiete pulgadas, así que con un equipo de sobremesa me apaño. Este me parece perfecto para lo que voy a necesitar y no llega a trescientas mil pesetas, que también se va un poco de precio. Otro tema es el software. Un PC, si no compras en Windows, vendrá pelado y mondado, con lo que tienes que buscarte tú las habichuelas para instalarle lo que quieras. Si compras el software, te vas a tener que gastar un dinero muy curioso entre Windows (120 €), Office completo (200 €), etc. Claro que esto no lo hace nadie, pero con un el Apple la cosa cambia: el software tienes que comprarlo por huevos puesto que ya va en la misma caja con el resto de cables y cosas. Otras cosillas por las que merece la pena es por la calidad del hardware, las salidas ópticas y digitales, los puertos de datos que incorpora, etc. Si pedimos un presupuesto en una tienda de un PC con características similares, es muy probable que salga más caro incluso que el iMac 20 Core Duo a 2 GHz. Y mucho ojito, que un microprocesador de 2 GHz de Apple, no equivale a uno de Intel ó AMD, el primero es superior siempre.

Volviendo a resumir, con un iMac se puede juguetear con GNU/Linux, se puede usar sin problemas de virus, trae muchas aplicaciones y más que puedes instalarle, todo funciona, es bonito y según se mire más barato. De todas formas, parece que es momento de transición en Apple, así que mejor esperar un poco a que las aguas se calmen y los más aventurados sentencien qué tal les va con sus nuevos cacharros de la manzanita. Nosotros los pobres, a esperar más tiempo.

Sacando partido a los Reyes Magos.


Ya comenté en otro post, que los Reyes Magos de Oriente llegaron anticipadamente estas navidades. Por algún fallo de fabricación, ese reproductor MP3 estaba averiado, igual que el posterior, de otra marca y bastante mejor. Total, que Trinity y un servidor, Carmen en carro, nos encaminamos al Corte Inglés, proveedor de artilujios, perfumes, sardinas de cumpleaños y unas cuantas cosillas geek para mí más que nada, llegamos, subimos a la tercera planta (Trinity tenía razón) y después de convencer al vendedor de que el tercer MP3 de las narices que compramos, (olvidé que yo le regalé a Trinity otro que tuvimos que descambiar como los otros), tambien estaba escacharrado, y preguntarle por un iPod, me sacó una caja negra del escaparate, como el que no quiere la cosa y observando mi interés y el brillo lascivo en mis ojos, decidió que, finalmente, el MP3 de las narices, realmente estaba estropeado. Canjeamos el BLUE:SEED por el Apple, un iPod Nano de 2 Gb de capacidad de almacenamiento, carcasa blanca y, como no, las dos famosas pegatinas que Apple regala con sus productos, según tengo entendido. el cacharro es una virguería y me ha hecho reflexionar sobre el tema, ya tan manido, GNU/Linux Vs Microsoft Windows Vs Apple, del que en otro post hablaré no muy largo y poco tendido.

Evidentemente, estaba deseando enchufar el aparatito en el PC, bajo GNU/Linux, claro; pero no pude resistirme a instalar iTunes en Windows XP antes. Si tuviese que decidir sobre si usar iTunes, WinAmp o algún otro reproductor de audio, me plantearía seriamente usar iTunes, de Apple que, aunque no reproduce todos los formatos ni es tan versátil como los otros, o como VLC, hace otras cosas que los otros ni por asomo, aunque se aproximen vertiginosamente. Vale, funciona de maravilla bajo windows, veamos bajo Linux. Tenía instalada otra distribución por aquel entonces, pero ahora tengo Mandriva 2006 y trasteando con amarok, me activé mi vieja cuenta de last.fm y seguí trasteando en la web. No sólo descubrí que podía crear mi propia emisora de música, no para emitir, sino para recibir, sino que descubrí que había un programilla que, con el iPod conectado, la cuenta de last.fm, el reproductor de radio que te suministra la misma página, podía seleccionar el tipo de música que quería escuchar y probar unas cuantas decenas de artistas que en mi vida había oído antes y así lo hice. Precisamente ahora, mientras escribo esto, estoy oyendo un tema de música electrónica de los a mí me gustan que nunca había oído. Ahora acaba de cambiar a uno de Depeche Mode, del disco Ultra; Freestate. Según parece, este programilla, puede coger estos temas descargados en alguna parte del disco duro y guardártelos en el iPod, con lo que puedes oír luego los que más te gusten. No está nada mal pensado, porque lo que hoy por hoy ponen en las emisoras de radio convencionales, da asquito. Menos mal que pasamos la racha de Operación Triunfo y sus pastosos cantantes de éxito, pero ya se sabe que nada nuevo luce bajo el sol. Ni Ramón Trecet se salva: lleva dando el coñazo con "Las Griegas" unos pocos de años ya.

Me estoy viendo venir lo que va a ocurrir con el tema de los ordenadores: Apple va a pegar el pelotazo del siglo con la integración entre sus productos de microprocesadores de la marca Intel. ¿Por qué?, sencillo, porque si no despavila el gigante de Microsoft, con la calidad del sistema operativo de Apple, OS X, a su Windows vista tenga cuatro, siete o cuarenta versiones distintas, se lo van a comer con patatas. Esto contando con que no interfiera en el plan de dominar el mundo e google, claro.

Como antes dije, contaré lo del tema GNU/Linux, Vs Microsoft Windows Vs Apple y de cómo yo lo veo y lo que haré, que ya anticipo que será mandar todos los PCs a tomar el viento fresco, a GNU/Linux para experimentar con él, y no en un PC precisamente, jugar con la consola y comprar un Macintosh de una vez por todas; que al final te terminas gastanto más dinero en un PC para luego mejorarlo que si te compras un Mac de una vez por todas. Trinity, prepara la tarjeta que ya voy yo echando horas en el tajo.

marzo 07, 2006

Nosotros los freaks...


Yo no me considero freak, la verdad, pero a veces hago cosas que los demás dicen que cosas raras, aunque más bien se refieren a extravagantes, pero no conocen ese palabro, así que todo lo que se sale de sus patrones, que no seré yo el que diga si son o no cortos, pues lo etiquetan de raro, feo o directamente pasan del tema sin más. Pensándolo bien, yo tampoco sé la definición de la palabra extravagante y mientras escribo esto, estoy oyendo un concierto de Kraftwerk en mi nuevo iPod con el fondo de pantalla puesto ¡pero no soy friki!

La imagen que, simpáticamente ilustra este post, la he sacado de http://forums.cgsociety.org/ y se trata de una de las creaciones de Greg Petchkovsky, que lo conocerán en su casa, a la hora de comer, porque lo que es yo, no. El pollo este en cuestión, ha empleado 3ds max, Digital Fusion, VRay, ZBrush para la creación de esta obra de arte, sí, obra de arte, Inter-dimensional Predator. Olvidaba decir que ha sido el ganador. La tengo puesta de fondo de escritorio en el curro y en el GNU/Linux de casa y no hay un@ que los vea que quede indiferente. A todos, hasta ahora, les ha provocado, cuanto menos, repulsión, no sé si por el diseño en cuestión, por mí, por poner esas cosas tan raras o ambas cosas. A mí me gusta, pero he de reconocer que acojona un huevo el depredador interdimensional este. Los ojos, tan inexpresivos son precisamente lo que más me impresiona; imagino la frialdad de este cazador. Acompañando esto con la boca, que parece esbozar una sonrisa, el cuello ágil y musculoso. No quiero ni imaginármelo con la boca abierta.

Os dejo por aquí el enlace a la imagen completa y en alta definición:
http://www.users.on.net/~gjpetch/temp/images/l_idp.jpg

Before you judge me, try hard to love me. Look within your heart then ask, ¿Have you seen my Childhood?. (Michael Jackson)

Ogame.


LLevo un tiempo, no sé cuánto, jugando, por decirlo de alguna manera, a Ogame. Como me temía, me aburro soberanamente. Ddjunto una captuar de pantalla en la que se ve mi estado actual en el juego. Esto parece como el tabaco: a nadie le gusta, pero hacemos grandes esfuerzos porque nos guste hasta que al final terminamos enganchados a algo que no vale para nada bueno y que continúa sin gustarnos. Seguiremos informando.

Arreglando el mundo.


Yo mismo espero llegar a viejo, por eso no puedo emplear el adjetivo en tono despectivo salvo para este viejo del que os voy a hablar. Hoy me he incorporado al trabajo poco antes de las dos de la tarde, como de costumbre. Esto debe ser algo que, en edificios grandes como este, donde trabaja mucha gente, ocurre todos los días. Resulta que me subo al ascensor en la planta menos tres, los aparcamientos para más señas y en ascensor se detiene en la planta dos. Dos personas entran al ascensor, uno con cara de nada que ni me acuerdo y El Viejo. Mientras entran les suelto que "el ascensor va para arriba", como queriendo decir que casi mejor que se esperen a que vuelva a bajar, a lo que El Viejo me dice que "ya... ya...", como queriendo decir, que me callase y me metiese la lengua en el culo. Insisto y le digo "pero es que entonces, los que están en la última planta no pueden bajar" y El Viejo vuelve a insistir "bueno, llegarán a su casa un poquito más tarde". Tengo mucho respeto a las personas mayores y la verdad es que tampoco termino de entender por qué, pero es asi. Lo que me cabrea es la falta de educación de la gente. Es una lástima que las cosas malas pesen más que las buenas, porque éstas, las malas, son las que me hacen crearme opiniones poco equivocadas respecto a la sociedad. En fin... tampoco es que importe demasiado, a lo mejor, El Viejo, es hasta buena persona y lo hace todos los días como una broma eso de dejar a los de la cuarta planta acinados esperando que venga otro ascensor. A lo mejor yo exagero, para variar, y es un anciano encantador con sus nietecitos y siempre ha sido un tipo excelente. A lo mejor le doy demasiada importancia a las cosas. De lo que estoy seguro, es de que los de arriba se joden todos los días con estas cosas. Es como en la peli Titanic, cuando los unos se puteaban a los otros porque no habría sitio en los botes salvavidas para todos. Para que luego digan que eso no es el "sálvese quién pueda".

¿Te has fijado en otra cosa que pasa en los ascensores? La gente va mirando a sitios absurdos. Los hay que miran los zapatos del de enfrente, o la corbata, o se quedan mirando la puerta ya cerrada. O aprovechan para mirar el reloj. ¿Qué pasa, que quieren saber cuánto les queda para salir?. Yo siempre digo que si hay un sitio donde la televisión y la publicidad serían efectivas, es en los ascensores, porque la gente tendría algo que hacer a parte de aguantar el insoportable silencio que reina en un ascensor. Voy a hacer unos cartelitos y los voy a pegar por la parde de dentro de los ascensores con unas caritas sonrientes, a ver si a la gente se le quita la cara de mala ostia que se les pone por las mañanas; porque esa es otra, las caritas de pocos amigos que lleva la gente por la mañana en el ascensor, te quita las ganas de entrar a trabajar.

"Advierto una objección a todo esfuerzo por mejorar la condición humana: la de que quizá los hombres son indignos de él". (Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar).