mayo 27, 2005

Una más en la familia.

Viernes, 13 de mayo de 2.005, en casa.

12:30 Hemos ido al hospital esta mañana, para una revisión rutinaria: todo normal hasta el momento. Ya queda poco para que nazca Carmen. tr1n1t1 lleva un día malo, muchos dolores; parecen contracciones.
21:00 Cenamos en casa con su madre y su pareja, el dìa ha transcurrido con normalidad, los dolores continúan incluso algo más intensos. ¡A que va a ser hoy!.
00:00 (Aproximadamente). Nos acostamos.

Sábado, 14 de mayo de 2.005, en casa.

09:00 tr1n1t1 ha pasado una mala noche, no ha dormido a penas por los dolores.
14:00 LLamamos a la madre de tr1n1t1, por aquello de que es profesional en estas cosas y viene para casa. Transcurre el mediodía del sábado y decidimos irnos para el hospital, puesto que las contracciones continuan. Después de reconocerla, ya hay dilatación uterina, así que la cosa es cuestión de tiempo.

Lo que ocurrió desde las siete de la tarde del 14 de mayo, hasta las ocho de la mañana del domingo 15, sucedió entre paseos a la cafetería a informar a los familiares que allí se reunieron durante las doce o trece horas que duró el parto, fuertes contracciones y dolores, llamadas de teléfono y algún que otro contratiempo. Finalmente, a las ocho de la mañana, en punto, del día 15 de mayo de 2.005, Carmen vino a este mundo. Madre e hija están ahora bien; hubo alguna pequeña complicación que ha tenido a Tr1n1t1 algo fastidiada, con dolores de cabeza y de cervicales.

Martes, 17 de mayo de 2.005.

12:30 Mi padre, Carmen, la madre de Tr1n1t1, Tr1n1t1 y yo, salimos del hospital en dirección a casa. A eso de las dos de la tarde, estábamos en el bar de la esquina de casa para tomarnos una cervecita y remojar el feliz acontecimiento. Se chafó un poco el plan, porque a Tr1n1t1 le volvió a aparecer el dolor y el mareo. Nos vamos a casa.

31 de mayo de 2.005

Han transcurrido ya 15 dias desde que nació Carmen. La vemos cambiar cada día: su cara, el tamaño, su llanto... Otra cosa no, pero comer, dormir y llorar, de momento, se le da de maravilla. Dicen que se trata del, para mi ahora conocido, "Cólico del lactante". ¡Ni idea!. Yo no sabía que estas cosas pasaban con los recién nacidos y lo curioso es que nadie te habla de estas cosas hasta que no te está pasando a ti. Debe de tratarse de alguna ormona que inive el impulso de contarle a los demás tus noches sin dormir, para no quitarle las ganas, de una conspiración judeo-masónica, o de una broma pesada. Quitando esto, ciertamente, aunque suene a tópico, un hijo te cambia la vida. ¡Y tanto que te la cambia!.

No sé si hacer una galería de fotos para que familiares y amigos puedan ver a la pequeña Carmen y sus padres o un blog personal, ya veré. De momento, estamos muy ocupados entre baños, llantos, trabajo, siestas, visitas...

Otro día continuaré.