febrero 24, 2006

Reencuentros.


Te he vuelto a encontrar, como de casualidad y me alegro mucho de volver a oír tu voz y de las cosas que, de nuevo, me dices. La gente dice que eres triste, yo nunca, sé que no te entienden. Hola Anne.

Through the soft shades of Summer, fused together by the strange seasons of the City.

The stationary is stained with all my failings,
The bedlays new cold and empty as a casket. Your body left its shape upon the sheets and
little else ; I shall dress my room in the colours of sadness...

(Anne Clark, Shades. De su disco
Changing Places)

febrero 22, 2006

De bares.


El sábado dieciocho, Trinity y yo nos fuimos a dar una vuelta por el centro. La pequeña Carmen, se quedó con su abuela el sábado, que tambien necesitamos los dos nuestros ratitos de soledad y a la abuela no le importa en absoluto estar con su nieta. Bueno, la cosa es que Trinity no tenía muchas ganas de andar y quería coger el coche para salir del centro hacia otra parte, creo que donde fuese, pero quería coche. Me dió el gusto a mí y dimos un paseo por el centro buscando un bar que hay o había en el que, por cada botellín de cerveza que te pides, te ponen una tapa. Esto de poner una tapa, aquí en Sevilla no se estila. En todo caso, te ponen unas cuantas aceitunas o unos cacahuetes y listo. En este bar que comento, que por cierto no estaba abierto, te ponen una Señora Tapa que te vas para casa con cuatro o cinco cervezas y con lo que comes, te vas almorzado. Seguimos nuestro camino hasta la iglesia de santa Catalina a la que, evidentemente he entrado ni entro en la vida y dimos con el Tremendo. De tradición en Sevilla donde los haya (qué típico), es una cervecería de unos veinte metros cuadrados, en la barra no caben más de diez personas y la gente pide y se toma lo que sea fuera, en la calle, dejando sus copas en unas mesas dispuestas para ello. LLamamos a José Carlos y esposa, Eva, que nos avisarían en unos minutos más tarde si venian o no. Nos fuimos de ahí un par de cervezas más tarde para, unos metros frente a donde nos encontrábamos, dar con un sitio nuevo "El rincón de Anita". Mira que he pasado veces por la plaza de San Pedro y no me he fijado en ese sitio antes. Tampoco había probado nunca el Perla Negra, un Rivera muy rico. Las aceitunas de rigor acompañaban la conversación con Trinity y una fuente de huevos estrellados y salmorajo almorzamos los dos. Un buen rato echamos, sí señor. Por cierto, José Carlos nos llamó y lo dejamos para otro día.


De vuelta caminando por las bulliciosas calles de Sevilla, un sábado por la tarde, por la conocida Calle de la sierpes, mejor llamada y más conocida como Calle Sierpes, a secas, entramos a una tienda de estas de potingues, perfúmenes y otras cosas de buen olor para mujeres y hombres, nos regalamos un perfume y unas botas y Trinity tuvo la genial idea de hacernos una caricatura de los dos juntos. La gente tardó como un minuto en arremolinarse detrás del caricaturista. Primero ella y luego yo fuimos caricaturizados. Ya nos fuimos para casa, anocheció y esas cosas...