febrero 15, 2006

¿Y si te estás quietecito?.


No contento con el trabajo que tengo, ahí mismo me busco más trabajo. Siempre andamos con los ordenadores medio parados por la lentitud del acceso a internet, aunque a decir verdad, la línea debe ser, por lo menos, una T1. Como decía, el acceso a internet va casi siempre muy lento a causa de sabe Dios qué motivos que los que les tenemos alquilados estos servicios, red privada, etc, seguro no tienen ni idea. Entre unas cosas y otras, resulta que tenemos un equipillo de 128 Mb e RAM, con un disquillo duro de 30 Gb que tenía instaldo un Windows 2000 y que usamos para meter todas las tonterias del mundo, fotos de cenas de empresa, videos, películas, música en mp3, WAV, ogg, y cualquier formato de audioque se te pueda ocurrir. Naturalmente, dada la estulticie de muchos, la despreocupación de otros e incluso el desconocimiento y falta de educación, hay veces que ni a este ordenador se puede acceder. Comenté con el encargado (no jefe) la posibilidad de cambiar el sistema operativo de esa máquina por otro, gratuito que, seguro, haría lo que hace ese, algo más, mejor y más rápido de lo que hasta ahora venimos sufriendo. Propuesta aprobada. Sábado por la mañana, ocho de la mañana para más datos, comienza la migración del sistema...

Unas horas después, tengo en mi PC de sobremesa una copia de inseguridad de 20 Gb con todas las porquerías del mundo habidas y por haber. Cortes del programa del simpatiquísimo Buenafuente, vídeos desagradables que la gente recibe por correo electrónico, la colección completa de los éxitos del verano pasado en cuatro formatos diferentes y en carpetas con nombres extraños. Mejor no seguir. Copia de seguridad hecha, Mandrake 10.0. instalada en ese equipillo, apache corriendo, gnump3d, MySQL, samba, etc... Queda por resolver cómo porras se autentifican usuarios en un dominio gestionado por un Windows 2003 de manera que se autentiquen/actualicen mediante consultas automáticas al servidor de dominio, los usuarios ya creados o no en mi máquina GNU/Linux. Mejor dicho sé qué tengo que usar, winbind, pero no tengo capacidad/tiempo para configurarlo. Total, tampoco es que a la gente le importe ni lo que esto signifique, ni el esfuerzo ni las trabas con las que te encuentras ni las horas que le echas y las que le echarás. A mí tampoco, aprendo, me distraigo del trabajo y creo que es bueno este cambio.

Ahí está la página web, la galería de fotos, las carpetas privadas y comunes, mis ganas y mi gusto por hacerlo. Hay a quién le parece que antes estaba mejor. Mi pensamiento y reflexión propias, me lleva a la conclusión de que, seguro que cuando se inventó la rueda, había algún gilipollas que prefería el aro cuadrado para fabricar ruedas de bicicleta.

Resultados: no lo sé, terminé mi turno a las cuatro de la tarde, pero parece que bien, porque nadie ha llamado a mi móvil, por lo que el pánico no parece haberles invadido (todavía).

Ya lo decía Aquel: " hay gente para todo" (Josetilo "El Gallo")

Formas de vida.


Derrumba los muros, abre las puertas, deshazte los nudos qe te sujetan. Cortamos barreras, cortad ataduras que tanto te alejan de aquello que buscas. ¿Qué decides?, ¿qué prefieres?, tú elijes, ¿qué?. Si vas convencido a la celda que quieras, esa es tu apuesta y ahí mismo te quedas. Ignora fronteras, no hay ni una de ellas que merezca de veras la pena. Cada día es un Big-Bang. ¿Repasaste el manual?. Preparada la combustión... prendo la mecha, la cosa está hecha. ¡Big-Bang!. ¿Qué decides, qué prefieres?, tú elijes, ¿qué?.


"Advierto una objección a todo esfuerzo por mejorar la condición humana: la de que quizá los hombres son indignos de él". (Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar).

Campaña contra el tabaco (y V).


Sí, yo he caido como tantas otras personas. He dejado de fumar. El fin de semana pasado, el sábado o el domingo, no recuerdo, fumé el que espero fuese mi último cigarro. No quiero echar mucha cuenta a la fecha en la que lo dejo, para no conertirme en uno de esos que cada vez que lo ves te dice que lleva tres meses, dos semanas, un día y dos horas sin fumar; creo que es peor. Ojo, que no lo critico, pero a mí no me gusta: si lo dejo, lo dejo y punto. Tampoco fui por ahí anunciándolo cuando empezé a fumar. Posiblemente, si esto lo lee alguien, te preguntarás cómo lo he conseguido. Es muy pronto para decir que lo he dejado definitivamente, porque no hace ni una semana. Luego te lo cuento.

Cuando más me acuerdo, es cuando acabo de cenar o cuando voy a la cama. Un par de noches antes del fin de semana, la rutina nocturna que, salvo contadas excepciones, siempre he cumplido, no me satisfizo como siempre. Se trata del famoso cigarrito antes de ir a la cama. Al acostarme, el olor en las manos, el aliento y el pijama impregnado de humo me produjo bastante mal rollo. ¿Siempre ha sido así, siempre he soltado esa peste?. Sí, la respuesta es sí. Acostarte apestando a humo es estupendo, seguro que sí. Claro, ahora está muy bonito que yo, que llevo años fumando, hable ahora de esta forma sobre la maldición que me empeñé en llevar a cabo y que tantas satisfacciones me ha dado, o eso creía yo. Como con tantas otras cosas, he oído de todo sobre cómo dejar de fumar, que si los parches, que si comer chicles, o mejor sólo mascarlos, comer gominolas, pastillas de menta, de regaliz o cualquier otro sustitutivo del gesto de tener el cigarrito en la mano y darle caladas. Que no, que me la trae fresca esas cosas a mí. Ni parches, ni chicles con nicotina, ni caramelitos ni pollas. ¡Oops!, perdón.

¿Fuerza de voluntad?, la verdad es que no la necesito, no fumo y punto. Ya no tiene gracia tener un cigarro en la mano e inhalar el humo y la nicotina. Por cierto, ¿todo lo que acaba en -ina droga?, tengo que buscar algo ahí sobre esto. El caso es que la nicotina, es una droga y nos la vende, o permite su venta nuestro gobierno. Eso sí, prohibe que se consuma en lugares públicos, lugares de trabajo y todos esos sitios que ya todos sabemos. Cobrar por esa droga cobra, de eso podemos estar seguros. Ahora bien, que debe pagar los gastos que el consumo de esa droga produce, sea el que sea, si no, que prohuba su venta. ¿Que no puede porque hay muchos intereses creados alrededor de este producto?. Vale, estupendo, lo siento mucho.

Durante años he estado engañado, la verdad, porque en el fondo me parecía güay eso de fumar, de echar humo por la boca y la nariz; conversar con un cigarrito en la mano. Ya no.

Hablando de lo que antes comentaba, el método seguido para este lavado de cerebro para dejar de fumar, decir que ha sido gracias ha buscar una buena tarde Audiolibro en aMule, descargar el de Allen Carr titulado Es fácil dejar de fumar si sabes cómo, oírlo en mi nuevo iPod (jejejejeje) y voilá, como en estado hipnótico constante, le he cogido un asco maravilloso al puñetero tabaco.

Nada como que le expliquen a uno las cosas para comprenderlas, aunque me cabrea mucho que me manipulasen para que empezara a fumar y lo volvieran a hacer que lo deje. ¡Qué crios somos!.