abril 26, 2005

Susto con gusto no asusta.

Ayer, 25 de abril, tocaba revisión del embarazo. Sí, tr1n1t1 lleva ya casi nueve meses embarazada de Carmen, nuestra hija. Era una revisión rutinaria, dentro de lo poco rutinario que es el estar embarazada, claro. Una de las pruebas que se hacen, es monitorizar en embarazo, eso que le dicen "pasar a monitores". Son unas cintas que sostienen unos cacharrillos que, colocados alrededor del abdomen, miden la presión que se ejerce durante las contracciones, así como la intensidad de éstas, y el ritmo cardíaco del feto. ¡Oh sorpresa!, hay contracciones muy regulares, cada diez ó siete minutos y de intensidad preocupante. Ya hablamos de esto durante el fin de semana, como broma. Mira que si vamos mañana a revisión, y te dicen que te tienes que quedar ingresada... Dicho y echo, la doctora que lleva el embarazo nos dijo que sería conveniente el ingreso, puesto que aunque no se había iniciado el parto, podría producirse pronto o tardar aún unos días más. Mejor ingresar, que nunca se sabe con estas cosas. Es nuestra primera hija, y probablemente, no sea nuestro último descendiente.

Comienzan los nervios para los cuatro que estábamos allí: Carmen, madre de tr1n1t1, la propia tr1n1t1, Carmen, la todavía nonata y yo. Es, ¿cómo lo diría yo?, es... acojonante la sensación de saber que tu pareja y tu, vais a tener un hijo, saber que viene otra vida a este mundo y que tu eres partícipe de ello. Después de un buen rato allí, deciden pasarla a una habitación a esperar a ver qué pasa y que la vean más tarde, un aluvión de llamadas a los móviles de todos los familiares, visitas de familiares, etc, llega la noche, el día y me voy para casa, a dormir un poco, ducharme y venir a trabajar.

Aquí estoy precisamente, redactando esto y de vuelta al trabajo y a esperar otro de estos sustos o que, nazca Carmen ya, que tenemos muchísimas ganas de que esté con nosotros, aumentando la familia. Todo va bien, 3'1 Kg. de peso y días para que nazca.