marzo 08, 2006

¿Por qué comprar un iMac?.


Eran los ochenta cuando tuve mi primer ordenador personal, un ZX Spectrum 48 Ks, que más que ordenador personal, era una consola de juegos programable, puesto que servía para jugar y poco más, a parte de poder aprender a programar en ensamblador, o el lenguaje de la tortuguita, LOGO, incluso en BASIC. A parte de jugar mucho, también me empezó a picar la curiosidad por la programación, así que me hice de un par de librillos sobre lenguaje ensamblador y me aburrí pronto; demasiado complicado para mí. Todavía me arrepiento de no haber seguido con mis estudios autodidactas de ese lenguaje, porque seguro que hubiese aprendido muchísimo, pero realmente era muy complicado para mí. Los juegos coparon mi atención por aquel entonces, un chiquillo de quince años. Del ZX Spectrum, pasé a un 286, un Amstrad con 40 Mb de disco duro y 2 Mb de memoria RAM, tarjeta de sonido ADLIB y todo. ¡Qué pasada!, con aquella máquina ya podías ver imágenes a todo color (256 colores) y no a ocho colores en dos tonos como en el otro. Poco se podía hacer con un MS-DOS a parte de jugar también. De todas formas, tuve la oportunidad de ver nacer a Microsoft Windows, el primer entorno gráfico para un PC (Personal Computer) que yo sepa. Luego, con la aparición de Windows 3.11., como dice paxed, “para perder el tiempo en grupo” y su sucesor Windows 95, todo empezó a cambiar a un ritmo muy rápido. Componentes más avanzados, más rendimiento de proceso, de recursos gráficos, de memoria. En definitiva, asistimos a la revolución informática. Hoy en día estamos a un nivel infinitamente superior. Pensemos por un momento que la capacidad de almacenamiento de teléfono móvil o una cámara digital fotográfica, multiplica mil veces la de uno de aquellos primeros ordenadores personales. Algunos como OS2 Wrap, quedaron por el camino.

Un ordenador personal, necesita de una serie de programas para poder comunicarse con los sistemas de entrada y salida de datos, es decir, con el teclado, el puntero o ratón, impresora, cámara digital... Ese conjunto de programas que sirven para comunicarse con los periféricos es lo que se conoce como Sistema Operativo. A estas alturas, todavía hay muchas personas que, aun teniendo ordenador en casa, no saben cuál es el sistema operativo que tienen instalado en el cacharro y me parece muy bien. Seguro que ellos juegan al fútbol y yo no tengo ni idea de darle una patada a un balón. Junto con Windows 95, o poco antes o después, salieron otros que hacían otras cosas, como era el caso de Windows NT, orientado a servidores y que manejaba las redes bastante mejor que sus predecesores. De los más estables y mejores que ha diseñado Microsoft. La política de esta compañía les fue perfecta: dejaron que todo el mundo instalase Windows en sus máquinas by the face con lo que se hicieron con el mercado de software y a los pocos años comenzaron de nuevo con la implantación de sus sistema haciendo lo mismo con Windows 98. Ahora las cosas ya se han puesto más duras con esto de instalarte un Windows XP por la cara en tu equipo sin pagar un euro por ello. Si no tan dura para instalarlo, sí para actualizarlo vía Internet. Debes ser propietario de una clave de registro del producto para poder conectar con sus servidores Windows Update para actualizar tu sistema. Ya creo que hay cracks para eso también.

Mientras todo esto ocurría, a un estudiante, un gaftas empollón en Helsinki se le ocurrió trastear con un sistema operativo distinto: UNIX que desde antes de los ochenta ya se usaba para las grandes empresas, interconectando sus servidores de bases de datos con los terminales tontos. Por aquel entonces, era lo que se estilaba, lo malo era el precio, un riñón y parte del otro. Así que a este chavalote se le ocurrió experimentar y crear un programilla (driver) que era capaz de manejar la disquetera y que se basaba en MINIX. Todo esto lo escribo de memoria, espero no equivocarme demasiado, pero si lo hago, busca por google la historia de Linux y te enterarás mucho mejor.

Total, que así las cosas, el gafitas estudiante de la facultad de Helsinki llamado Linus Torvalds, puso un mensaje en un sitio de noticias y a la gente le gustó la idea y comenzaron a crear lo que hoy conocemos como GNU/Linux. Richard Stallman fue el que le puso la licencia GNU al invento. Al tener licencia GNU, Linux es de libre distribución y se puede modificar y gratis, al menos el kernel o núcleo de éste. También obliga a otras cosas, pero no vienen al caso. Realmente, GNU/Linux es el kernel nada más. Voy a resumir un poco diciendo que desde que oí hablar de este sistema operativo, me picó la curiosidad por saber de qué iba la historia. Poco podía probar sin ordenador en casa, así que me tenía que conformar con practicar con el del trabajo. Hace poco menos de diez años, instalé mi primer Linux en un ordenador de un sitio en el que trabajaba. Luego, en casa, cuando pillaba algún equipo con el que poder trastear, le cambiaba el disco duro y metía Debian, Red Hat o lo que pudiera para probar cosas dejándolo luego como estaba. Cuando trabajé en el cyber, continué con mi Linux, probando instalando, formateando. No he seguido nunca un método de trabajo para aprender, he ido un poco a lo loco y desinstalando y reinstalando ante casi cualquier problema hasta hoy. A decir verdad, conforme aprendí más cosillas tuve menos necesidad de reinstalar y pude ir solucionando problemas que me surgían. Ahora me encuentro con que Windows XP no me gusta, Linux se hace cada vez más sencillo de manejar pero no lo suficiente, Solaris no vale para lo que quiero, FreeBSD es como Linux, ¿para qué quiero algo que ya tengo?. No es exactamente igual ni mucho menos, algunos dicen que, incluso mejor que Linux, pero eso no importa mucho ahora. El caso es que he decidido dejar una única distribución instalada y que sea esta la que use para todo con Linux. Creo que es un excelente sistema operativo con el que puedes trabajar en una oficina e incluso montarte tu propio servidor de lo que quieras, pero le veo carencias muy importantes. Si yo, usuario experimentado, tengo problemas para instalar un codec de vídeo, me imagino la dificultad, por muy GNU, libre, gratis y bonito que sea, para un usuario normal de PC, que no sabe desinstalar un programa de su Windows XP, y eso que hay un icono que pone “desinstalar” que te cuenta que para él, desinstalar es quitar el icono del acceso directo del escritorio, pero claro, antes debe saber qué es un escritorio hablando de ordenadores. Como dije antes, no me gusta el fútbol.

En estas disyuntivas andaba pensando yo cuando entré a una página y leí que alguien quería que le aconsejaran sobre qué ordenador comprar que fuera silencioso, y no quería andar enredando con el sistema operativo, porque lo quería para ver películas, vídeos, oír música, escribir unas cosillas, navegar en Internet, leer correos electrónicos, enchufar su cámara digital y no quería un servidor de correo ni cortafuegos, ni usar el equipo como router ni cosas por el estilo. Preguntaba si era preferible un Apple, un sobremesa silencioso para el salón, un barebone... La gente se decanta por Apple mucho más, incluidos usuarios que usan o han usado *nix, Windows, etc. Después de leer las opiniones de gente que usa tanto unos como otros, en lo que sí coinciden es que cuando pruebas un Apple, no te quieres cambiar. Ya va siendo uno muy mayorcito para tener un criterio propio de las cosas, equivocado o no, así que voy llegando a conclusiones en este tema. El ordenador, es algo que me gusta usar, me gusta como afición. Lo que sí que es cierto, es que cada vez me canso más de tener que leerme tres HOWTOs, instalar cuatro dependencias, visitar diez páginas web y muchas veces terminar desesperándome para instalar el aMule o la versión CVS de KvIRC. Quiero un ordenador que haga lo que tiene que hacer, que se cuelgue lo menos posible, que sea rápido, bonito, sencillo de manejar y que pueda ponerle software libre como en Linux. La solución: ¿Un Powerbook?.

Hasta aquí la explicación, la parte bonita, ahora llega lo feo: el precio. Mirando los precios en El Corte Inglés, el Apple Powerbook G4 a 1,67 GHz (17 pulgadas) cuesta tan sólo 3.125’50 €, vamos que no llega al medio kilo de pesetas. Bueno, yo tampoco quiero un portátil con pantalla de diecisiete pulgadas, así que con un equipo de sobremesa me apaño. Este me parece perfecto para lo que voy a necesitar y no llega a trescientas mil pesetas, que también se va un poco de precio. Otro tema es el software. Un PC, si no compras en Windows, vendrá pelado y mondado, con lo que tienes que buscarte tú las habichuelas para instalarle lo que quieras. Si compras el software, te vas a tener que gastar un dinero muy curioso entre Windows (120 €), Office completo (200 €), etc. Claro que esto no lo hace nadie, pero con un el Apple la cosa cambia: el software tienes que comprarlo por huevos puesto que ya va en la misma caja con el resto de cables y cosas. Otras cosillas por las que merece la pena es por la calidad del hardware, las salidas ópticas y digitales, los puertos de datos que incorpora, etc. Si pedimos un presupuesto en una tienda de un PC con características similares, es muy probable que salga más caro incluso que el iMac 20 Core Duo a 2 GHz. Y mucho ojito, que un microprocesador de 2 GHz de Apple, no equivale a uno de Intel ó AMD, el primero es superior siempre.

Volviendo a resumir, con un iMac se puede juguetear con GNU/Linux, se puede usar sin problemas de virus, trae muchas aplicaciones y más que puedes instalarle, todo funciona, es bonito y según se mire más barato. De todas formas, parece que es momento de transición en Apple, así que mejor esperar un poco a que las aguas se calmen y los más aventurados sentencien qué tal les va con sus nuevos cacharros de la manzanita. Nosotros los pobres, a esperar más tiempo.

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