febrero 15, 2006

Campaña contra el tabaco (y V).


Sí, yo he caido como tantas otras personas. He dejado de fumar. El fin de semana pasado, el sábado o el domingo, no recuerdo, fumé el que espero fuese mi último cigarro. No quiero echar mucha cuenta a la fecha en la que lo dejo, para no conertirme en uno de esos que cada vez que lo ves te dice que lleva tres meses, dos semanas, un día y dos horas sin fumar; creo que es peor. Ojo, que no lo critico, pero a mí no me gusta: si lo dejo, lo dejo y punto. Tampoco fui por ahí anunciándolo cuando empezé a fumar. Posiblemente, si esto lo lee alguien, te preguntarás cómo lo he conseguido. Es muy pronto para decir que lo he dejado definitivamente, porque no hace ni una semana. Luego te lo cuento.

Cuando más me acuerdo, es cuando acabo de cenar o cuando voy a la cama. Un par de noches antes del fin de semana, la rutina nocturna que, salvo contadas excepciones, siempre he cumplido, no me satisfizo como siempre. Se trata del famoso cigarrito antes de ir a la cama. Al acostarme, el olor en las manos, el aliento y el pijama impregnado de humo me produjo bastante mal rollo. ¿Siempre ha sido así, siempre he soltado esa peste?. Sí, la respuesta es sí. Acostarte apestando a humo es estupendo, seguro que sí. Claro, ahora está muy bonito que yo, que llevo años fumando, hable ahora de esta forma sobre la maldición que me empeñé en llevar a cabo y que tantas satisfacciones me ha dado, o eso creía yo. Como con tantas otras cosas, he oído de todo sobre cómo dejar de fumar, que si los parches, que si comer chicles, o mejor sólo mascarlos, comer gominolas, pastillas de menta, de regaliz o cualquier otro sustitutivo del gesto de tener el cigarrito en la mano y darle caladas. Que no, que me la trae fresca esas cosas a mí. Ni parches, ni chicles con nicotina, ni caramelitos ni pollas. ¡Oops!, perdón.

¿Fuerza de voluntad?, la verdad es que no la necesito, no fumo y punto. Ya no tiene gracia tener un cigarro en la mano e inhalar el humo y la nicotina. Por cierto, ¿todo lo que acaba en -ina droga?, tengo que buscar algo ahí sobre esto. El caso es que la nicotina, es una droga y nos la vende, o permite su venta nuestro gobierno. Eso sí, prohibe que se consuma en lugares públicos, lugares de trabajo y todos esos sitios que ya todos sabemos. Cobrar por esa droga cobra, de eso podemos estar seguros. Ahora bien, que debe pagar los gastos que el consumo de esa droga produce, sea el que sea, si no, que prohuba su venta. ¿Que no puede porque hay muchos intereses creados alrededor de este producto?. Vale, estupendo, lo siento mucho.

Durante años he estado engañado, la verdad, porque en el fondo me parecía güay eso de fumar, de echar humo por la boca y la nariz; conversar con un cigarrito en la mano. Ya no.

Hablando de lo que antes comentaba, el método seguido para este lavado de cerebro para dejar de fumar, decir que ha sido gracias ha buscar una buena tarde Audiolibro en aMule, descargar el de Allen Carr titulado Es fácil dejar de fumar si sabes cómo, oírlo en mi nuevo iPod (jejejejeje) y voilá, como en estado hipnótico constante, le he cogido un asco maravilloso al puñetero tabaco.

Nada como que le expliquen a uno las cosas para comprenderlas, aunque me cabrea mucho que me manipulasen para que empezara a fumar y lo volvieran a hacer que lo deje. ¡Qué crios somos!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres un grandísimo narrador de historias que no le importan a nadie!!!!

Anónimo dijo...

Yo tambien he dejado de fumar despues de 10 años como adicto a ese veneno; gracias a ese libro. Muy bueno y se lo recomiendo a todo aquel que se proponga dejar esa droga.

Yo cuando mas lo "extraño" o deberia decir cuando mas raro me siento es cuando me pongo delante del pc. Pues facilmente me fumaba 2 paquetes diarios. y uno de ellos era jugando o navegando.

Quizas no deberia usar la palabra extrañar pues realmente no extraño el cigarrillo pues llevo casi 2 meses y no me he sentido mejor en mi vida. Pero encuentro logico y normal que despues de 10 años me haya creado un habito, que al romperlo en ciertas situaciones uno se vea un poco raro con esa sensacion extraña que es "no saber que hacer". Pero creanme no extraño la droga. Y poco a poco ese malhabito se me quita de la cabeza. Y lo sustituyo con deporte y otras actividades, pues ahora me siento mas vivo que nunca y con mucha vitalidad y ganas de hacer cosas.

Un saludo a todos. Y animos para todo aquel que desee dejarlo, es mas facil de lo que creemos (o de lo que nos han hecho creer).