diciembre 19, 2005

El Gran Hermano por todas partes.

A raíz de la novela de Orvell, 1984, se usa el término sociedad Orweliana para referirse a algo que muchos tenemos la impresión que, realmente, está ocurriendo: se nos vigila. Más allá de la vigilancia ejercida sobre los ciudadanos, no sería disparatado pensar que se nos manipula. Los medios de comunicación crean opinión. Son capaces de ponernos contra algo o alguien, o sin ir más lejos, incitarnos a hacer cosas que no queremos, como es el caso del consumo de tabaco. Hace unos años, estaba incluso bien visto fumar, cuando ahora, se nos habla de lo perjudicial que es el tabaco. Juzguemos por nosotros mismos éste y otros casos, o bien, tratemos de analizar una noticia, la forma en que se cuenta, el vocabulario empleado o incluso que nos cuenten más de lo necesario. Un claro ejemplo de esto, es cuando se produce alguna muerte de un inmigrante, la noticia suele comenzar con "Muere apuñalado por un cuidadano marroquí..." o aquel otro de "personas de raza gitana, se reunieron esta mañana ante las puertas de los jugzados...". Realmente no importa si son moros, cristianos, importa la noticia en sí misma. Yo no he oído nunca un telediario que dijera "muere a manos de su marido de nacionalidad española una mujer que..." Por otra parte, es evidente que existe n problema creciente con el tema de la inmigración en España, tanto la legal como la ilegal y no deja de ser cierto que al cuidadano medio, termina por importarle si el que se ha cargado a otro de un tiro, es marroquí, rumano, turco, dominicano o de pucela.


A lo que iba. Hace muy poco tiempo, se ha aprobado una directiva a nivel europeo por la cual, las compañías operadoras de telefonía, llámense Telefónica, Movistar, Vodafone, Amena, Auna, etc, deben conservar los datos correspondientes a las llamadas de sus clientes. Es decir, que durante dos años, por poner un plazo, Telefónica conserva todos números de teléfono a los que yo he llamado, duración, fecha, etc. Lo que no se puede es conservar el contenido de esa conversación. Hay que ver lo que es la ignorancia. Todos esos datos, hace años que se generan y de hecho, nos los envían a casa junto con la factura mensual, así que no sé de qué se extraña la gente. Pecaríamos de ingenuo si creyésemos que no han utilizado estos datos en alguna ocasión, o que no se han filtrado y utilizado para fines estadísticos orientados a vendernos algo o algo peor que el simple marketing. Cuando se dicen estas cosas, inmediatamente viene a la cabeza la palabra paranoia y se convierte el que lo diga en un bicho raro. Personalmente, en una sociedad como en la que vivimos, me parece incluso lógico, o cuando menos comprensible aunque no justificable, que los gobiernos traten de perpetuarse en el poder usando para ello cualquier método a su alcance. Precisamente hace un par de días, nos enteramos que el gobierno de EE.UU. con George Bush a la cabeza, ha estado espiando (sin permiso) a ciudadanos norteamericanos y seguro que algún que otro extranjero. A los que les permitía espiar era a los de la NSA, vamos un cachondeo. Y me pregunto yo ¿cómo estará el nivel de confianza de sus votantes en estos momentos?. Algunos dirán que "a ellos no les importa que les vigilen, porque no tienen nada que ocultar", a mí sí me importa que me espíen, la verdad, nadie tiene que saber dónde voy, con quién voy, a quién llamo o con quién hablo, lo que como, gasto, mis gustos o si me gusta más carne que pescado. Es mi privacidad, ningún gobierno tiene derecho a intrometerse. Evidentemente, lo que Bush ha tenido el valor, en cierto modo, de reconocer, apuesto a que el de Felipe González Márquez, pasando por J. M. Aznar, hasta Zapatero, lo han hecho, por no hablar del Caudillo, el generalísimo Franco. Claro que las comunicaciones, no eran lo mismo hace cuarenta años.

Ante lo que para muchos es un abuso de autoridad y poder, ¿cómo protegerse?. Criptografía. Tenemos a nuestro alcance, herramientas para codificar los datos que enviamos y recibimos para poder evitar que el contenido de nuestras comunicaciones sea interferido. Dar una vuelta por Internet y preguntar al Oráculo, siempre me aclara muchas cosas. No puedo disertar lo suficiente sobre este tema como para poder instruir a nadie sobre qué y cómo encriptar sus conversaciones o sus correos electrónicos, pero sí puedo recomendar una de estas herramientas: http://www.gnupg.org/. Hay programas para esto tanto para Microsoft Windows, como para otros sistemas operativos.

El caso es que ahora pueden requerir nuestros datos y las operadoras de telefonía están en la obligación de facilitárselos. Me parece a mí que eso es exactamente igual que antes, no nos engañemos. nuestros datos personales, pululan por despachos y bases de datos de empresas.

Todo esto venía porque desde el día uno de enero, a parte de tener que dejar de fumar en todas partes, en el trabajo van a vigilarnos las horas de entrada y salida. Se habló de poner un reloj de esos en los que hay que "picar" una tarjeta cuando se entra o se sale, pero con los tornos de acceso al edificio les sirve. Nos controlarán las horas que estemos dentro del edificio, cosa que me parece bien, pero ¿quién controla que cobremos lo justo, o que trabajemos con los medios adecuados y descansemos lo que nos corresponde?. Dicen que si el empresario engaña al empleado en su sueldo, obligación del trabajador es engañar al empresario en su trabajo.

Otro Gran Hermano es el que desde hace... ya he perdido la cuenta, varios años, padecemos en Tele5. Desde el primero, un bombazo televisivo, han seguido por lo menos otros cinco programas. Meten a unos pocos de seres humanos en una casa de la que no pueden salir, les hacen superar pruebas absurdas y todo el mundo sigue con interés la evolución de sus estupideces. Fuera de esa casa, posiblemente no se comporten como lo hacen dentro, o eso espero, pero lo que es dentro de La Casa del Gran Hermano, como le gusta a la gente llamarla, se acercan constantemente al máximo grado de estulticie. Gritos, peleas, discursiónes constantes, aderezan a ratos las jornadas televisivas. Por desgracia, a Trinity le gusta ese... ¿cómo lo denominaría yo?, bodrio, así que por las noches, cuando salgo del trabajo, no tengo más remedio que verlo. Aprovecho para criticar todo lo que puedo del bodrio, naturalmente. Leo Bassi, sí que entendió bien el primer programa, montó un chiringuito justo al lado de la casa, pero le obligaron a desmontarlo, pero tuvo tiempo de armar bastante ruido. Recuerdo una noche, cuando expulsaban al innombrable Íñigo, que casi no se oía lo que decían en el programa, porque Leo Bassi, estaba dándole caña a una sirena de esas que suenen en las películas de guerra. Creó incluso una página web para el evento: http://www.hastaloscojones.com.

No hay nada nuevo bajo el Sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemos. AMBROSE BIERCE.

No hay comentarios: