enero 31, 2006

El aviador Dro y sus obreros especializados.

Vivir para morir

Ya está, para de pensar,
deja de dar vueltas sin parar,
sino podrías enloquecer,
ha sido preparado desde la niñez.

Esta es la única verdad:
la escuela te enseña a no rechistar,
a obedecer, a ser uno más,
a mandar al cuerno tu oportunidad.

Luego el ejército te hace un hombre,
un número en vez de un nombre.
Sigue a tu líder, vota a tu amigo,
nunca sabrás por qué has elegido.

Ya estás listo para trabajar,
rendir, producir y luego acabar
sentado en un banco del parque,
pensando en quién eres, en dónde fallaste.

Vivir para morir,
A los cuarenta.

Entra en la mina de carbón,
ahora sabes lo que es traición,
quizás saliste o quizás te quedaste,
no recuerdas ni cómo empezaste.

Estudiando fuiste un campeón,
y ahora en tu empresa no tienes rival,
despiadado y sin corazón,
mejor un ascenso que una amistad.

Ya estás bajo su control,
nómina, estress, competición,
es la carrera de la rata,
así tu vida es barata,
y así les sales a cuenta,
desde los 15 hasta los 70,
serás el chico 90,
pagarás el impuesto de la renta.

Vivir para morir,
a los cuarenta.

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