julio 03, 2006

Trabajando con el iMac Intel 17".


En 2004, Trinity me regaló una cámara de vídeo digital, una Canon mv730i más concretamente. No es algo que puedas comprarte cada año, o que tenga mucha gente. Con la excusa del embarazo de nuestra hija Carmen, me regaló Trinity la video cámara, pero ese no es el tema del que quiero hablar. Resulta que a mí siempre me ha gustado más darle a un botón que a un tonto un lápiz por lo que cualquier cacharro electrónico llama mi atención. Mucho más estas cosas tan sofisticadas que nunca he tenido y que ahora que esto de la electrónica, la informática, los reproductores MP3 y tanta virguería, estoy más contento que el tonto de antes con una caja de lápices.

Como nunca tube una cámara digital hasta ahora no tengo ni idea de lo que se puede o no hacer con una, así que le eché un vistazo y vi que ponía "MiniDV". Hmmm... esto va a ser que sí que tiene eso de Digital Video, siglas de DV, claro. No muy confiado es que estas cosas tan modernas funcionen como tienen que hacerlo, me fui al Corte Inglés, encontré el cable, me sorprendí de su precio, pagué los dieciocho euros que cuesta y me fui al Luppus donde me esperaba mi madre. Me moría de ganas por probar si funcionaba, pero me quedé un rato hasta que Trinity llegó, mi madre se fue y nos fuimos nosotros tres a casa.

Enchufé el cable a la video cámara por un lado y al ordenador por otro, al puerto DV y FireWire respectivamente. No hacía nada de nada, no la reconocía el sistema operativo ni lanzaba aplicación alguna para gestionar la importación. Oh, oh... ya empezamos. Vale, paciencia, lee el manual, el último recurso de los cobardes, a ver si solucionamos algo, me dije. No, a parte de no aprender mucho y perder el tiempo, no conseguí hacerla funcionar. Mañana será.

Y llegó mañana y se me encendió la bombilla: ¿y si la enchufo como hasta ahora pero abro iMovie
y pruebo a ver qué pasa?. Así lo hice y en la pantalla ponía que la cámara estaba conectada. ¡Ole! esto funciona. Pulsé el botón "importar" y vi cómo me rebobinaba la cinta y comenzaba a reproducirla, capturaba el video y el sonido, con sus códigos de tiempo y todo. Al leer estos códigos de tiempo, el programa sabe que se detiene y reinicia la grabación, por lo que a cada trozo, en jerga llamado clip, le daba un espacio y nombre de forma automática.

Siempre que algún amigo e incluso algún cliente me ha preguntado respecto a qué ordenador comprarse cuando por fin decidián comprarse uno nuevo, les he dicholo mismo: ¿para qué lo vas a usar?. Le gente se suele quedar un poco pillada con esto porque, en realidad, pocos sabemos para qué se va a usar un ordenador una vez esté en casa. Sabemos que hoy en día se necesita tener uno y saber manejarlo, pero no se sabe muy bien para qué lo queremos en casa. Cuando compré el iMac, sabía para qué lo iba a usar pero lo que no sabía es que podría usarlo para la edición digital de video de forma no lineal. Con esto quiero decir que una vez tenía la primera de las cintas de la cámara pasada al ordenador me pregunté qué iba a hacer con el fichero que generaba. Unos trece Giga bytes y si el ordenador tendría capacidad suficiente para mover tantos datos. El caso es que aprece que sí y no lo hace nada más, y eso que es el iMac 17" básico, sin ampliación de memoria ni disco. El programa iMovie, es bastante simple pero permite editar tanto video como audio, insertar clips de ambos, transiciones, efectos de video, titulos y letras, etc. No es Final Cut, ni mucho menos, pero permite montar un video con un buen aspecto y acabado como todo un profesional.

El ordenador va bastante bien, aunque se nota muy pesado a la hora de procesar los datos. Ya sé lo que quiero para navidades: ampliación de disco duro y de memoria RAM, para volar sobre los píxeles y darle caña al tema del doblaje y edición de video.

Cuando termine de montar uno de los videos trataré de subirlo a alguna parte para que se puede descfargar.


"Nunca, bajo ninguna circunstancia tomes un laxante si has tomado pastillas para dormir"

No hay comentarios: